viernes, 16 de abril de 2010

Fotogramas de Greed





Roland Barthes en su libro "La Cámara Lúcida" habla de un concepto muy interesante que él llama "punctum", el cual define como aquello presente en una fotografía que "penetra" o "punza" al espectador de manera personal, la razón por la cual una imagen queda grabada en su retina.

Hay una escena en la película "Greed" que encontré particularmente conmovedora, la escena que me permitió seguir concentrada en la película cuando comenzaba a aburrirme a muerte: la escena en la que Trina se muestra aterrada del tener que acostarse con su esposo después de la boda. Retrocedí esta parte varias veces porque me pareció muy impactante, y aproveché de obtener algunas imágenes de pantalla. Para mí, el punctum de estos fotogramas está en la expresión de la actriz. Es tan pálida, casi parece un mimo, y se ve tan indefensa. En su cara vi reflejada toda la inseguridad y miedo que una mujer puede llegar a sentir con respecto al hombre. Los medios de comunicación generalmente glorifican el sexo y la pareja, ¿pero que hay de esto? Nunca antes había visto tan claramente representado ese miedo profundo que, tal vez, existe o ha existido alguna vez en cada mujer. Es un miedo que no podemos permitirnos tener, no con Cosmopolitan diciéndonos que complacer a nuestro hombre es parte del sentido de nuestras vidas, no con nuestras amigas y nuestras madres diciéndonos que tener un novio es una necesidad imperiosa y la llave de la felicidad. ¿Será cierto? No lo sé, pero da miedo. Este es mi cuerpo, lo único que tengo, no puedo entregárselo a cualquiera. Y esta es mi vida, la única que tengo, no tengo tiempo para perder con cualquiera. Por eso da miedo. ¿Qué pasa si él tratara de convertirme en su mujer? ¿Qué pasa si termino como un pájaro encerrado en una jaula junto a otro pájaro en lugar de volando en libertad?

jueves, 15 de abril de 2010

Análisis de "Esqueletos que Intentan Calentarse"


Siguiendo el esquema del “Primer Modelo de Análisis” propuesto por el profesor Juan Carlos Montagna, haré un análisis punto por punto del cuadro de Ensor.

Soporte: El soporte nos muestra una representación figurativa de un grupo de esqueletos “vivos” reunidos en torno a un hogar. Existe una composición piramidal formada por las tres figuras centrales. El esqueleto tendido en el suelo –el único que realmente parece estar muerto– se encuentra colocado junto a una paleta de pintor, y el del sombrero sostiene un violín, lo cual nos puede decir algo sobre la identidad de dichos personajes. Un cuarto esqueleto vestido en una túnica observa a los otros desde atrás. Llama la atención un cráneo que parece estar suspendido en el aire en el lado izquierdo del cuadro, sin un cuerpo a la vista. Otros tres cráneos están repartidos por el piso.
El fondo posee una tonalidad verdosa y los colores en general son opacos, con excepción de un ropaje color rojo brillante que viste uno de los esqueletos.

Lo Dramático:

i) Dimensión del drama: el artista nos plantea el problema de la “muerte en vida”, de la humanidad cadaverizada.

ii) Dimensión de los diferentes conflictos dramáticos: el conflicto central de la obra tiene que ver con una farsa en la que el muerto nos engaña –o se engaña a sí mismo– haciendo creer que está vivo, o trata de aferrarse a la vida a través del acto de intentar calentarse. Un conflicto secundario sería el de la identidad de los esqueletos, ¿a quiénes representan? Podría decirse que los esqueletos representan a nuestra sociedad, o también que el esqueleto que tiene el violín es un músico, y que el que está en el suelo es un pintor; podría especularse que el esqueleto de la derecha sea un artista también –un actor, quizás–, y que el esqueleto que está en el plano de atrás, por la túnica, sea un cura.
Un tercer conflicto vendría en el hecho de que los esqueletos están vestidos, pues podrían no estarlo. También está el hecho de que uno de los esqueletos esté tumbado en el piso como un verdadero cadáver, y la inquietante presencia del esqueleto que observa a los otros desde el fondo, al igual que el cráneo aparentemente suspendido en el aire.

iii) Dimensión del desarrollo dramático (¿la estoy confundiendo con la temática?): desde los conflictos dramáticos señalados se puede proceder a pensar sobre la forma en la que podrían ser resueltos, cómo podrían descifrarse las interrogantes. Si estos esqueletos representan a la sociedad, el cuadro se lee como una crítica pesimista que nos recuerda que, sin importar lo que hagamos para aferrarnos a la vida, estamos irremediablemente destinados a morir, o estamos ya muertos por dentro. Si vinculamos los esqueletos a las artes, podemos deducir que la escena habla de una decadencia de estas, o de cómo la humanidad se aferra a la vida a través de ellas en vano. Si el esqueleto del fondo es un cura, el mensaje es el mismo: es inútil tratar de superar a la muerte a través de una institución mortal como la iglesia.
El hecho de que los esqueletos estén vestidos habla de una ilusión de identidad que tratamos de alcanzar a través de la ropa –que también puede representar nuestro ego–, siendo que bajo la piel todos somos iguales y todos destinados a morir.
Con respecto al esqueleto situado en el piso, el muerto que no se molesta en fingir que está vivo, es curioso que sea justamente aquél asociado con la pintura; se puede inferir que, para el autor del cuadro, la pintura sea el único arte que no forma parte de la farsa, es decir, el pintor es el único que está consciente de sí mismo, el único que sabe la verdad.
En cuanto al esqueleto del fondo y al cráneo cuyo cuerpo permanece oculto, son espectadores, aunque al mismo tiempo también forman parte de esta “pantomima macabra” –citando al profesor. Parecen ser capaces de juzgar lo que ven, aunque no pueden escapar de ello. La hipótesis de que la calavera de la túnica es un sacerdote se lee como una crítica hacia la iglesia, la cual vigila y enjuicia como si se encontrara por sobre lo humano, cuando en realidad no es así. Ahora, la identidad de la calavera que se asoma a la izquierda del cuadro es más complicada de descifrar, ¿posee un cuerpo o es una mano la que la sostiene? Si se trata de una mano humana, las conclusiones que pueden sacarse al respecto son muy interesantes. Entonces el cráneo representaría lo contrario de los otros personajes, es decir, a un vivo que finge ser un muerto para contemplar esta escena. ¿Es posible escapar de la muerte después de todo? O, tal vez, este cráneo simplemente habla de la posibilidad de salir del trance y ver la verdad que lo otros no ven, pues parecen no tener consciencia de lo que son.

iv) Dimensión narrativa: en este caso, creo que la narrativa del cuadro está ya explicada. El cuadro nos presenta un universo absurdo de esqueletos que tratan de calentarse como si sus huesos no poseyeran una irremediable gelidez mortal.

v) Dimensión temática: los temas presentes en este cuadro son muchos y dan para mucha especulación y reflexión, por lo que me limitaré a señalar algunos sin explayarme:
- La vanidad
- La muerte interior
- La decadencia
- La farsa
- La ignorancia, –o también la consciencia– sobre la propia tragedia
- Lo banal de la vida
- La religiosidad
- Las artes
- El artista visual
- El autoengaño
- La condición mortal del ser humano
- La inutilidad del intentar trascender la muerte
- El ego

Este cuadro nos da muchísimo que pensar, ¿No crees?

jueves, 8 de abril de 2010

Otras obras interesantes de Ensor

El Banquete de Hambre (1915)

Esqueletos Peleando Sobre un Hombre Ahorcado (1891)

Autorretrato con Máscaras (1889)


James Ensor, "Esqueletos que Intentan Calentarse"


Esqueletos que Intentan Calentarse (1888)

James Ensor (Ostende, 13 de abril de 1860 - 19 de noviembre de 1949) fue un pintor Belga cuya obra se asocia al expresionismo y surrealismo. En sus cuadros abundan las representaciones de calaveras y máscaras, impactantes imágenes de pesadilla que develan las inquietudes del profundo mundo interior del autor.

Una obra particularmente interesante de Ensor es "Esqueletos que Intentan Calentarse". En esta pintura vemos a un grupo de esqueletos vestidos que se agrupan en torno a una estufa. Los cráneos presentes en la composición nos hacen pensar en la vanitas, género de bodegón en el que siempre se representa a un cráneo junto a objetos como instrumentos musicales, flores y objetos decorativos. Este tipo de obra transmite un mensaje moralizante con relación a la brevedad de la vida y a la vanidad del ser humano, quien acumula bienes, poder y talentos como si pudiese trascender su condición mortal.
Llama la atención que uno de los esqueletos sostenga un violín, pues la música es el arte más efímero: como la vida, existe en el momento y luego cesa.

Si establecemos una relación entre este cuadro y las vanitas, ¿qué podríamos decir? Tenemos entonces un grupo de esqueletos vivientes que, de forma absurda y bizarra, tratan de calentar sus huesos ante una estufa. La muerte está por todas partes, nada menos que ocho cráneos pueden contarse en la escena. Si bien las vanitas nos advierten que moriremos, la absoluta humanidad de las calaveras en esta pintura parece transmitir una advertencia algo diferente: crees que estás vivo, pero en realidad ya has muerto. Tratas de refugiarte de tu miseria de todas las formas posibles, pero ningún fuego será capaz de ahuyentar el frío mortal que llevas dentro.

Las circunstancias concretas que pudieron haber llevado al artista a concebir semejante mensaje las desconozco, pero pienso que esta obra refleja perfectamente ese humor de vacío y decadencia que cala nuestros huesos cuando, en nuestras horas más sombrías, sentimos que la vida es una farsa, que algo ha muerto dentro de nosotros. No sólo no podemos trascender la muerte, sino que la muerte nos trasciende.